Sus palabras resuenan en un periodo de inflexión en la industria automotriz.
Akio Toyoda, el gerente general de la empresa automotriz japonesa Toyota, afirmó encontrarse entre la "mayoría silenciosa" de la industria que se cuestiona la "búsqueda exclusiva de vehículos eléctricos" como parte de su producción y oferta, según reportó TWSTJ.
El comentario de Toyoda entraña incertidumbre e inquietud por parte del ejecutivo, pues indicaría que la empresa no está del todo segura del rumbo que tomó hacia la electrificación completa de su gama de vehículos. Muchas otras empresas de este sector poco a poco se han ido perfilando para abrazar esta clase de productos y así navegar en un mercado cada vez más restringido ante la emergencia climática en el mundo.
Además, Toyoda incluyó el que la gran mayoría de la industria automotriz no cree que los automóviles eléctricos sean la única ruta para mitigar la contaminación ambiental, aún cuando países y bloques económicos como la Unión Europea restringen las ventas de autos de gasolina.
"Esa mayoría silenciosa se pregunta si realmente está bien tener los vehículos eléctricos como única opción. Pero creen que es la tendencia, por eso no pueden hablar en voz alta", aseguró el ejecutivo.
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¿Qué dice esto a futuro?
Hay que tomar con cuidado los dichos del empresario, puesto que Toyota es una de las compañías que más unidades vende en todo el mundo, además de ser pionera en la elaboración de tecnologías híbridas que permitan a sus vehículos ser más amigables con el medio ambiente. Si algo podemos extraer, es que la empresa se resiste a convertir su línea en automóviles eléctricos por completo.
Algunas de las dificultades que suponen los vehículos eléctricos son el que debido a sus altos costes de producción e ingeniería, materiales y ensamblado, alcanzan precios más altos que los vehículos de gasolina normales, convirtiéndolos en fuentes de transporte innaccesibles para una gran parte de la población.
Por otro lado, la carga eléctrica de vehículos en esta modalida ha representado ser un reto tan complejto como el de los vehículos de combustibles fósiles, pues requieren grandes fuentes eléctricas que al menos en Noruega (país con la mayor cantidad de vehículos eléctricos en el mundo), han disparado los precios de las recargas, al grado de que se han vuelto más costosas que los llenados de gasolina.
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