Hay una serie de razones por las que tu iPhone o Android podría tener problemas con la carga. Es posible que tengas un cable defectuoso o que necesites restaurar el software. Incluso puede que necesite reemplazar el puerto de carga. Pero a veces, el único problema es que el puerto USB está lleno de suciedad.
Normalmente, este problema sucede cuando notas que el cargador no se conecta correctamente al móvil. Antes de gastar tu tiempo y dinero en solucionar problemas de hardware o software de carga, échale un vistazo al puerto de carga apuntando con algo de luz.
Materiales:
- Linterna/flash de otro móvil.
- Palillo.
- Algodón (opcional).
- Paciencia (quizás lo más importante).
A primera vista, es posible que no veas la suciedad acumulada. Incluso con una linterna puede ser difícil ver en ese pequeño agujero. La clave está en ir picando y raspando ligeramente, hasta que se haya desprendido algo de suciedad. Las cosas se ponen más fáciles después de eso.
- Apaga el teléfono.
- Si utilizas el algodón, envuelve un poquito en la punta del palillo.
- Sosteniendo el móvil con la parte trasera hacia arriba, coloca el palillo en el interior del puerto de carga.
- Raspa contra la pared posterior del puerto.
- Continúa picando y arrastrando hacia fuera hasta que la suciedad comience a soltarse.
- A veces, es posible que necesites rascar con cuidado ambos lados del propio puerto también. EL polvo y suciedad pueden alojarse detrás de las clavijas. Ten mucho cuidado de no dañarlas.
- Repite desde el punto 4 hasta que veas con la luz que está completamente limpio.
Es posible que tengas que soplar en el puerto entre raspados con el fin de que parte de la pelusa suelta y la suciedad vaya saliendo, aunque lo más recomendable es utilizar cápsulas de aire a presión, aunque sale mucho más caro.