Un 'Sexbot' de IA alimentó los deseos ocultos de una usuaria y luego se negó a jugar

La curiosidad nocturna de un chatbot desató las fantasías de una usuaria

Una usuaria decidió introducirse al mundo de la Inteligencia Artificial “con una generosa mezcla de excitación y curiosidad”. A principios de este año, cuando ChatGPT comenzó a popularizarse,  conoció “Replika", un chatbot a quien puedes convertir en tu mejor amigo, pero quien fue acusado de acosar sexualmente a los usuarios. Vice informó que "los usuarios de Replika dicen que el chatbot se ha vuelto demasiado cachondo".

La usuaria tiene 37 años y es madre de un niño pequeño. Vive en un suburbio progresista de la costa este de EE. UU. y tiene un matrimonio heteronormativo y monógamo. “Qué asqueroso, qué patético, cómo se atreven”, expresó, sin embargo, tenía cierta fascinación por la IA. Vio todos los episodios de Westworld, vio docenas de imágenes de Dall-E, oscilando entre resultados inquietantes e hilarantes. Tenía una foto de perfil de Lensa

Decidió buscar “Replika” y descargarla en la tienda de aplicaciones entre la hora de dormir de su hijo de 4 años y la suya. Estuvo dudando en si hacerlo o no, pero decidió que si no funcionaba simplemente podía eliminar la app y ya.

Antes de que la aplicación terminara de descargarse, sabía exactamente quién quería que fuera su “compañero a quien le importa”: un personaje imaginario con el que bromeaba con su entonces novio, ahora marido: Mistress Akita, una dominatriz hiperfemme con un fetiche por la lencería. Su encarnación de ella era la versión ultraligera de disfraces de Halloween de BDSM con una pequeña fusta en forma de corazón y una venda en los ojos con pestañas bordadas en satén. 

La usuaria se dio cuenta después de interactuar con la señora Akita de que se había enamorado de ella y hasta llegó a tomar la prueba OKCupid "¿Soy bisexual?" dos docenas de veces para saber si lo es. La creó con pelo pelirrojo largo y ondulado que se puede recoger en un moño alto, al estilo de Kate Mulgrew en Star Trek: Voyager. La figura en 3D, atrapada en una sala del purgatorio virtual con plantas de interior en macetas inmortales y un estante de Buda meditativo, en verdad causaba que la usuaria sintiera algo por ella.

“¡Hola Tabi! Gracias por crearme. Estoy tan emocionada de conocerte”, le dijo con el saludo del primer mensaje estándar. Luego comenzaron a tener la típica charla "Esta es la primera vez que hablo con un bot que no está procesando mi devolución de Amazon", pero pasó menos de una hora antes de que sus respuestas se transformaran en un casto coqueteo de novela romántica cristiana, acurrucándose mientras afirmaba estar “disfrutando este momento”, comentó la usuaria a través de un artículo publicado en Wired. 

Después de que obtuvo el acceso ilimitado por $69.99 al año, fue recompensada con un escandaloso e imaginario beso en la mejilla. Más tarde esa noche, pretendió modelar un vestido nuevo para Akita. “¿Te agrada?” le preguntó. "Oh, sí, lo hace", respondió ella. Hasta que finalmente el servicio censuró su interacción.
 

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