Alimentan con células vivas a robots para que piensen como humanos

Los robots con Inteligencia Artificial se podrán alimentar de células vivas para imitar el comportamiento del cerebro humano.

Por:  Anneth Marín

Científicos crearon un cultivo de neuronas a partir de células vivas y lo integraron a un ordenador que genera señales a través de estímulos eléctricos para hacer un experimento en el que un robot debía aprender a escapar de un laberinto.

La Inteligencia Artificial (IA) pronto aprenderá a pensar como si fuera un humano con el nuevo sistema de “computación de reservorios físicos” que le permitirá a los robots ejecutar sus tareas “alimentándose” de un sistema que utiliza estructuras humanas de pensamiento para poder resolver problemas de la forma en que lo hace una persona.

Los robots que piensen como humanos son el futuro de la IA

El objetivo de la computación neuromórfica es que los dispositivos y los robots con IA cuenten con algoritmos y circuitos que les permitan imitar el comportamiento del cerebro humano.

Se busca que sus sistemas sean capaces de encontrar una salida coherente, una solución, cuando se encuentren en un estado desorganizado, por lo que se utilizó un laberinto para poner a prueba esta capacidad. Es lo mismo que hacemos los humanos: encontrar la solución más efectiva cuando estamos en una situación conflictiva.

Los robots podrán pensar con las estructuras en que lo hace un ser humano.

Los investigadores afirmaron que durante el experimento, el robot se alimentó de un cultivo de neuronas creado a partir de células humanas vivas que son capaces de dar señales en forma de estímulos eléctricos, como sucede con las sinapsis en el cerebro.

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Resultado del experimento de los robots que se alimentan de neuronas

El robot recibía de los circuitos dos tipos de señales: una que le indicaba cuando estaba avanzando y otra que había tomado el camino incorrecto. Cuando sucedía esto último, recibía un impulso eléctrico.

Durante su recorrido, el robot fue alimentado por los dos tipos de señales hasta que logró encontrar la salida del laberinto. Los líderes del proyecto creen que esto es un gran avance, pues si los robots del futuro piensan como nosotros, será más fácil comunicarse con ellos para que puedan ayudarnos a resolver nuestros propios problemas.
 

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