La persona con el padecimiento publicó un video donde muestra su historia
Gracias a internet podemos descubrir toda clase de información valiosa de primera mano, y en el caso de los padecimientos o enfermedades, también los testimonios de las personas que padecen una circunstancia bajo estos contextos.
Paul Alexander, de 77 años y proveniente de Dallas, Texas, Estados Unidos, mostró al mundo cómo es vivir dentro de un "pulmón de acero", instrumento al que se recurre para respirar desde que fuera afectado por el polio cuando tenía 6 años de edad, en 1952.
La experiencia de Paul ha servido para que el público general pueda conocer cómo es vivir con este recurso tecnológico, el cual le ha permitido respirar.
El nombre de pulmón de acero hace referencia a la forma que tienen estos gigantescos ataúdes de metal, en donde los pacientes permanecen recostados boca arriba y una parte del aparato colocada firmemente alrededor de su cuello.
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Así funcionan
Los pulmones de acero generan un vacío para hacer entrar mecánicamente el oxígeno necesario a los pulmones de los pacientes que así lo requieran. En parte, debido a que el polio hizo estragos en sus sistemas nervioso y respiratorio.
En el video, producido por el medio Gizmodo, no muestra lo que ocurre cuando una de estas máquinas comienza a dejar de funcionar, como es el caso de la de Paul.
Casi pierde la vida
Paul sufrió una crisis en 2015 luego de que la máquina tuviera algunas averías. Al haberse dejado de producir en 1960, encontrar un ventilador nuevo para este aparato podía ser un verdadero reto.
Por fortuna para Paul, recibió la ayuda de Brady Richards y de su laboratorio "Environmental Testing", los cuales fueron capaces de recomponer la máquina en un garage. Entre los retos, estuvo el atender una maquinaria desgastada y que presentaba fugas preocupantes, lo que hacía que no produjera el oxígeno suficiente para hacer que Paul sobreviviera.
Por fortuna, la "operación" tuvo éxito y Paul pudo salvarse de no haber sido por este esfuerzo médico y tecnológico.
Cabe señalar que el padecimiento de Paul no le ha frenado de disfrutar la vida a su manera, persiguiendo sus sueños de convertirse en un abogado de juicio y representando a clientes en la corte utilizando trajes de tres piezas, una silla de ruedas modificada para él que le permitió alzar su cuerpo recostado.
A lo largo de su vida, Paul ha subido a aviones, vivido de forma independiente, sostenido relaciones amorosas, y celebrado toda clase de rituales como acudir al oceáno o asistir a misa.
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